NOTICIA SOBRE LAS OBRAS DE RESTURACION EN EL CONVENTO.
Las obras de restauración de la iglesia del Convento de Carmelitas de Campo de Criptana comenzaron en el año 2007, continuando en una segunda fase en 2008, siendo fomentadas por la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora y por la Asociación Benéfico-Cultural “El Convento”, quienes encargaron a Baraka Arqueólogos la realización del control arqueológico de las obras a realizar.
Las principales actuaciones se centraron en la restauración de la techumbre del edificio, aunque también se intervino en su interior, procediendo al acondicionando las naves interiores de la iglesia de forma que pudiesen aprovecharse para varios usos.
La techumbre de la iglesia se hallaba en un pésimo estado de conservación. A los daños sufridos en la propia estructura de la techumbre provocados por el corrimiento de tejas y deformaciones en algunas de las cerchas, se añadían los provocados por la enorme acumulación de palomina sobre las bóvedas y las cúpulas.
Los trabajos en la techumbre comenzaron con el desmonte de la cubierta de tejas, desmontándolas con cuidado de forma que pudiesen ser reaprovechadas. Una vez retiradas se procedió a la limpieza del barro procedente del mortero con el que se fijaron las tejas, quedando a la vista las tablones de madera que, cablados a las cerchas, cubrían el espacio existente sobre las bóvedas.
Una vez sustituidas y reparadas las tablas de la cubierta, así como repuestas las piezas de cantería deterioradas o rotas del alero, se procedió a tejar de nuevo el edificio. Para ello se colocó una capa de aislante sobre la madera original, sobre la cual, a su vez, se colocón una nueva capa de láminas de madera sobre las que asentarían de nuevo las tejas originales.
En el interior de la techumbre, en el espacio existente sobre las bóvedas se procedió a la limpieza de los escombros que se habían acumulado a lo largo de varios siglos, así como a la retirada de la palomina que se había acumulado entre las cúpulas y bóvedas. Esta solución permitió aligerar la carga de las cúpulas y bóvedas pero también propició el descubrimientos de una serie de elementos importantes para la historia del edificio: la existencia de un posible artesonado de madera que fue sustituido por la presente bóveda de la nave central., y el hallazgo de algunos elementos importantes entre los escombros como fueron una corona, un puñal del siglo XVIII, una bolsa de pólvora llena con boquilla de madera noble y tres bolas de plomo de mosquetón, junto a dos monedas con resello de Felipe III y IV.
Probablemente la Iglesia contaba originalmente con una armadura vista de par y nudillo, de la que se conservan numerosos elementos reutilizados y dispersos por la techumbre actual. A principios del siglo XVIII, entre 1699 y 1704 y según los datos obtenidos en el testamento del presbítero criptanense Joseph Arias Xamones, parece ser que se construye una nueva iglesia, aunque probablemente se refiera a obras de gran envergadura. Por ello es posible que en esta fecha la antigua armadura vista fuese desmontada para la construcción de la bóvedas que podemos ver hoy día. Esta práctica es relativamente habitual durante los siglos XVII y XVIII, y se procedía a la sustitución u ocultación de este tipo de armaduras vistas por bóvedas de cañizo para adecuarlas a los nuevos gustos. Ejemplos de ello encontramos en la iglesia de Santiago de Ciudad Real o en otras del sur peninsular.
Los tirantes de la antigua armadura fueron reutilizados como tirantes de la nueva techumbre que cubría la nueva bóveda. Otros elementos fueron reutilizados como pares, incluso algunas maderas doradas fueron colocadas como tablas de la techumbre.
En los riñones o espacios existentes entre las bóvedas y cúpulas se retiraron cantidades ingentes de palomina y escombro acomulados durante varios siglos.
Durante la limpieza de estos escombros fueron localizados una serie de objetos que fueron depositados en el Museo Provincial de Ciudad Real. Destacan un conjunto de cerámicas populares datadas en el siglo XVIII (fragmentos de lebrillos, cántaros), un puñal, una bolsa de pólvora y unas monedas. El puñal o daga tiene una hoja de acero de forma triangular de 14 cm de longitud, con varios dibujos calados en su mitad inferior de los que destaca una cruz de Santiago que ocupa un lugar central. Toda la hoja tiene decoración incisa de filigranas que no se observa bien por el oxido. La empuñadura se encuentra profusamente decorada, se divide en dos partes cilíndricas chapadas con láminas de hueso o marfil, con las juntas tapadas con trenzas de cobre sobredorado y en cada lámina varios remaches del mismo metal. La empuñadura en su parte inferior está rematada por una flor de bronce. Se conserva también la vaina del puñal hecha en cuero y rematada con flecos. Tiene un repujado muy tosco en forma de aspas.
Diego!! soy Abel, de la excavación de Alarcos del Sector III, y como soy de Criptana, me has dado una gran satisfacción al haber colgado esta información sobre la restauración del Convento, al cual todo el pueblo tiene un gran amor y admiración. Muchos porque se han bautizado y casado allí al estar la iglesia parroquial en construcción después de la Guerra Civil, otros porque el Convento tiene un encanto mágico que atrae a quien lo ve. De todas formas, la labor de gigantes que habéis llevado a cabo se merece muchos aplausos!!! enhorabuena!!!
Gracias por tu comentario, fue una obra muy bonita y el edifico evidentemente lo merece.
Estamos realizando un pequeño artículo para colgar en el blog de la excavación y restauración del pozo de nieve del Cristo de Villajos, que es el único pozo nevero musealizado en la provincia y que espero os guste, ya que nosostros pusimos todo nuestro esfuerzo y cuidado en el trabajo.
Un saludo.
Baraka Arqueólogos.