El desarrollo humano conlleva la construcción de un gran número de infraestructuras (carreteras, aeropuertos, gaseoductos, tendidos eléctricos…) que alteran el medio natural en donde vivimos. Para realizar muchas de esas obras es necesario el movimiento de grandes cantidades de tierra que pueden alterar yacimientos arqueológicos.
Para mitigar lo más posible el daño al patrimonio arqueológico, se realiza un estudio previo de la obra denominado evaluación de impacto ambiental. Éste es un estudio muy amplio en donde se ve el impacto que tendrá la obra en la flora, la fauna, el agua, la atmosfera y en el patrimonio histórico. Baraka Arqueólogos colabora con las empresas de medio ambiente en este último apartado.
El primer paso es realizar un estudio histórico y una prospección superficial del área afectada, ya que muchos yacimientos arqueológicos son visibles en superficie a través de restos líticos o de cerámicas que han aflorado por movimientos de tierra anteriores, como son las labores agrícolas. Con la localización de estos yacimientos previamente a la obra cabe la posibilidad de variar el trazado para preservar el bien y evitar costes. Para confirmar la existencia y ver el potencial del yacimiento, solemos realizar sondeos en puntos claves que, con una inversión pequeña, nos permite valorar el tiempo que se necesitaría para excavar toda la superficie.

El hallazgo mediante sondeos de este cementerio conllevó un pequeño replanteo de la obra que ahorró una intervención de grandes dimensiones.
En algunas ocasiones es necesario realizar la obra por el trazado que ocupa el yacimiento arqueológico, en ese caso se ha de actuar con celeridad para poder recuperar toda la documentación de ese yacimiento. Hay que reseñar que muchos de los avances en arqueología provienen de los yacimientos excavados en obras de urgencia, siendo importante su documentación.
Muchas veces el yacimiento es mucho más grande que la obra que se va a realizar, circunscribiéndose la intervención a la zona de actuación, como nos ocurrió al realizar el seguimiento de esta glorieta bajo la que se encontraba un antiguo cementerio.
Es común realizar un seguimiento continuado de las obras que tienen grandes movimientos de tierras en un espacio muy amplio, por si existen elementos patrimoniales que no son perceptibles mediante la prospección o los sondeos.
Dentro de las poblaciones también se realizan seguimientos en la rehabilitación de edificios históricos, colaborando con los estudios de arquitectura en buscar que el bien recupere una imagen acorde a como era en origen.