Hola amigos, en la confluencia de las provincias de Ávila, Segovia y Valladolid, encontramos estas tres joyas de la arquitectura medieval, que jugaron un papel muy importante en las técnicas de la poliorcética (arte de atacar y defender las plazas fuertes) en el periodo de transición, comprendido entre el final de la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna, que se corresponde con el final de nuestros queridos castillos.
Si la visita la realizamos desde Madrid, podemos empezar la visita en Arévalo. El pueblo no tiene desperdicio, con abundantes iglesias de estilo mudéjar y plazas con un aroma medieval. Destacan las iglesias de Santa María y San Martín y a pocos kilómetros del pueblo los restos de un monasterio románico, llamado La Lugareja y que es una verdadera joya.
El castillo de Arévalo se encuentra en un extremo del pueblo, en la confluencia de los ríos Adaja y Arevalillo. Pertenece al ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Medio Marino y su historia es apasionante. En los últimos años ha sido objeto de una profunda restauración, en la que han participado miembros de Baraka Arqueólogos, aportando su granito de arena con su trabajo arqueológico.
En origen, donde está el castillo se encontraba una puerta de la muralla del S. XII y la muralla. Esta puerta fue reutilizada posteriormente por el castillo formando la parte central de la torre del homenaje, por lo que aún existe. Si os fijáis bien en la foto, podéis ver la torre y la muralla de ladrillo entre el cierre de la torre de sillería.
El castillo tal y como lo conocemos se debe en su mayor parte a Álvaro de Zúñiga, Duque de Arévalo, quién construyó la magnífica Torre del Homenaje y el edificio en planta de pentágono. Al apoyar a Juana la Beltraneja, el duque de Arévalo tiene que ceder el castillo a cambio de una compensación, a los Reyes Católicos.
Tras la muerte de Isabel la Católica, Fernando realiza una reforma del castillo incorporando nuevas técnicas de defensa contra los ataques de la artillería que en este momento son muy novedosos y que cambiarán la fisonomía de los castillos medievales.
El primer cambio es la sustitución de las almenas por un parapeto abocelado de ladrillo. Esto se debe a que las almenas son blanco fácil de la artillería, mientras que un parapeto corrido de forma curva resiste mejor los impactos y curiosamente el ladrillo resiste mejor los impactos que la sillería, como se puede apreciar en el castillo de medina del Campo.

Las troneras de buzón son uno de los grandes avances de las fortalezas de transición, ya que aumenta el campo de tiro del defensor.
En segundo lugar, desaparecen las saeteras y las tradicionales aberturas de artillería en cruz y orbe y se sustituyen por troneras de buzón que muestran una gran abertura rectangular al exterior y que permite un campo de visión mayor para el defensor.
En 2007 se realizaron trabajos arqueológicos llevados a cabo por la empresa NRT Arqueólogos y en la que participaron miembros de Baraka Arqueólogos, que sacaron a la luz parte de la barrera defensiva y un baluarte en planta de D.

Interior del baluarte del castillo de Arévalo, uno de los pocos baluartes de este periodo documentados en Castilla y León.
El interior del castillo actualmente es accesible al público y acoge un museo del cereal y exposiciones temporales. Si queréis más información os dejo este enlace de la excavación.
http://www.nrtarqueologos.com/exc_avila_arevalo.htm
Arévalo es un pueblo para estar todo un día, si no es posible, hay que quedarse a probar su famoso tostón (cochinillo asado) en cualquiera de sus restaurantes.
Desde Arévalo podemos ir hasta Madrigal de las Altas Torres y ver sus maravillosas murallas y el lugar donde nació Isabel la Católica o ir directamente a Medina del Campo.

Las puertas de Madrigal, con sus torres pentagonales de finales del S.XIII ofrecen una imagen sobria.
Medina del Campo actualmente acoge la sede de las Edades del Hombre 2011. En Medina del Campo destaca el magnífico castillo de la 2ª mitad del S.XV, muy reformado por los Reyes Católicos. Al igual que el de Arévalo reaprovecha parte de la muralla primitiva del S.XII para asentarse.
Destaca de este castillo su esbeltez, culpa seguramente del alarife Abdallá, y los grandes avances militares que se ven en la barrera que rodea al castillo, como por ejemplo la presencia de troneras a cotas inferiores para la defensa del interior del foso o la presencia de un camino cubierto a medio foso hacen que se trate de una de las fortalezas más avanzadas de la época.
Algunos miembros de Baraka Arqueólogos, tuvieron la suerte de participar en la excavación del foso y el descubrimiento del baluarte que antecede a la puerta.
Finalmente visitaremos la tercera joya, el castillo de Coca, en Segovia. Se trata de una fortaleza construida en el último tercio del S.XV por Alonso Fonseca. Se trata de una verdadera joya cuyo arte se le debe a un alarife llamado Alí Caro.

La delicadeza de este castillo ha llevado a definirlo desde el momento de su construcción como un palacio. Aún así, su capacidad defensiva es incuestionable.
El interior del castillo tiene una espléndida decoración palacial de tipo mudéjar. Es visitable y la verdad que vale la pena.
Recordaros que Coca es la antigua ciudad preromana de Cauca que tuvo gran importancia en las guerras celtibéricas.
No olvideis visitar la galería de fotos de esta ruta. Un saludo.